¡Qué cantidad de información existe!
¿Y cuál de ella es la «menos» relevante?
He estado pensando, estos últimos meses, en el VASTO mar de información en el que nadamos. Es tanto, que hasta nos impide pensar de manera focalizada en algo, o en las cosas REALMENTE IMPORTANTES (¿qué es lo que realmente importa?).
Un ejemplo de lo que me pasa semanalmente es que, me levanto con unas ganas intrépidas el primer día de generar cambios. ¡Hoy será el inicio de una vida mejor! ¡Ahora sí que sí! ¡Tomaré un buen desayuno, tomaré la bicicleta e iré a mi puesto de trabajo a aportar mi granito de arena para hacer este mundo mejor! ¡Siiiiihaaaaaastaque! No hay avena. Mierda, la semana pasada (la «mala semana», bien entre comillas, como toooooooodas las anteriores) olvidé comprar avena pal’ desayuno. Y en ese instante comienza la cuesta del aplazamiento. Ya, pero compraré a la vuelta de la pega. Tomo un vaso de agua, pedaleo, pedaleo. Llego a la pega, ¡hola todo el mundo! Trabajo, trabajo, trabajo, miren como trabajooooooespera. ¿Desde cuándo mi trabajo comenzó a pasar tan desapercibido para mi mismo? Y eso que llevo un «moco» en el mundo laboral, de verdad, NADA. Pero se supone que a uno le debiese gustar su trabajo. A mi me gusta hacer lo que hago y quiero ser consciente a cada instante para disfrutarlo. A todo el mundo le gusta hacer lo que hace, ¿no? En fin, voy a almorzar para quitarme los «malos pensamientos» y claro, olvidé hacerme el almuerzo para mañana, que es hoy, ahora, en este preciso instante. ¿Qué comeré? Busco, busco. Compraré una ensalada y un pancito con «queseyo» para capear el apetito. Y acá vamos otra vez, trabajo, trabajo, trabajo, miren como trabajooooooespera ¿Otra vez el mismo sentimiento? ¿En serio? Instante de resignación. Mañana será otro día. Pedaleo de vuelta, miro a través de la ciclovía rostros, rostros, gente trotando, todos con su objetivo claro, trotar. Sigo por la ciclovía, rostros, rostros, gente tomando, todos con su objetivo claro, tomar. Sigo por la ciclovía, rostros, rostros, gente durmiendo, todos con su objetivo claro, dormir.
Sigo por la cicloeeeeespera, ¿está bien que toda esta información pase desapercibida?
Agüaitate un rato ¿Desde cuándo me dejó de sorprender que la gente durmiera en la calle? Por que el que la gente trote o tome en la ciclovía a nadie le importa, pero ¿desde cuándo me dejó de hacer «click» que la gente durmiera en la calle? No me acuerdo. ¿Desde cuándo me dejó de importar que la gente durmiera en la calle? Hueón, no me acuerdo. Por que claro, de alguna forma te «importa» que la gente duerma en la calle y tus yoes interiores te dicen, oh, pobre gente, ojalá ALGUIEN los ayude. Ojalá el estado haga algo. Y te convences de que otra persona lo haga, por que ya tienes n a la enésima de problemas que te aquejan a ti. Pedaleo, pedaleo. Llego a casa. ¡Hola todo el mundo! Once, descanso, soledad. Un rato soloooooque las redes sociales me necesitan. ¿O yo a ellas?, qué más daaaaaespera ¿Desde cuándo me dejé de cuestionar que de alguna manera NECESITO las redes sociales? O sea, todo el mundo es conciente de que somos seres sociales y yarayarayarayara, pero, las redes sociales de la internet, ¿las necesitamos? Claro, podemos ver TED y más TED del uso adecuado de las redes y su masificación. Pero ahí me quedo, meme, meme, una actualización de un amigo, una actualización de la pega, un «oye, mañana a partir de las 8:30», comercial de ropa, comercial de serie, actualización, meme, meme, jajajajaja, comercial de ropa otra vez, comercial de postgradoooowhaaaaat?! ¿Desde cuándo las redes sociales se transformaron en el «adlinks» que uno evadía buscando «otras páginas de la red»?
Okaaaaaay, las evado. Ya no quiero más red, haré otra cosa. Y en ese instante, comienza el síndrome de abstinencia de la información ¡Me voy a perder algún momazo! ¿qué estarán viendo mis amigos? ¿y si hago una pregunta foro? Ya, un rato más, meme, meme, video intelectualoide, información, información, información y la gente sigue durmiendo en la ciclovía.
Un comentario en “Una crítica a la excesiva cantidad de información”